Hiram Bingham, el renombrado explorador e historiador que reveló los misterios de Machu Picchu al mundo, fue sinónimo de descubrimiento y perseverancia. Si eres un aficionado a la historia, un entusiasta de las aventuras o simplemente alguien curioso por conocer más sobre el hombre detrás de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX, este blog ofrece análisis profundos, relatos fascinantes y exploraciones detalladas que dan vida al legado de Bingham.
Descubre historias no contadas, explora fotografías inéditas y aprende cómo las exploraciones de Hiram Bingham han moldeado nuestro entendimiento de la civilización inca. ¡No te pierdas ni un solo post—adéntrate en la historia que continúa inspirando a aventureros y académicos por igual!
Tabla de Contenidos
¿Quién fue Hiram Bingham?
Hiram Bingham III, nació el 16 de noviembre de 1875 en Honolulu, Hawai. Fue hijo de Hiram Bingham Jr. y Clara Brewster. Proveniente de una familia de pioneros misioneros protestantes, Bingham heredó el ferviente deseo de sus antecesores de llevar el mensaje de Jesucristo a culturas lejanas.
Su legado, sin embargo, tomó un rumbo diferente, dejando una marca imborrable en la historia de la arqueología y la exploración. Bingham falleció el 6 de junio de 1956 en Washington D.C., pero su legado como el descubridor de Machu Picchu perdura, inspirando a exploradores y académicos alrededor del mundo.
Inicios de Hiram Bingham
Desde niño, Hiram Bingham se refugió en los libros y su rica imaginación. Inicialmente, sus padres solo le permitían leer la Biblia y un álbum verde de cuentos morales. Con el tiempo, encontró un santuario en la biblioteca de Honolulú, donde devoró todo tipo de lecturas, enamorándose especialmente de "Las aventuras de Huckleberry Finn" de Mark Twain.
A los 16 años, regresó a Estados Unidos para estudiar en la Phillips Academy en Massachusetts, un reconocido preparatorio de Andover, con la esperanza de emular a su padre. Se graduó en administración de empresas en la Universidad de Yale en 1898 y luego se trasladó a Berkeley para realizar su posgrado en Sociología en la Universidad de California. Sin embargo, cambió su enfoque a la historia y completó su doctorado en la Universidad de Harvard.
En 1900, su vida dio un giro radical al casarse con Alfreda Mitchell, hija de una distinguida familia y heredera de la joyería Tiffany & Co. de Nueva York. Este matrimonio le abrió las puertas a la alta sociedad norteamericana y le proporcionó los medios para financiar sus expediciones y comenzar su vida como explorador. En 1907, se convirtió en docente de historia y geografía en la Universidad de Yale.
Expediciones de Hiram Bingham
Expedición andina: Venezuela y Colombia, 1907
En 1907, Hiram Bigham lideró una expedición a través de los Andes de Sudamérica, explorando las regiones de Venezuela y Colombia. Bingham y su equipo siguieron la ruta histórica de Simón Bolívar en su campaña de independencia, admirando por primera vez la vastedad de los Andes que se despliegan a lo largo del continente.
Las vistas de los lagos impresionantes y los paisajes cautivadores de Sudamérica conquistaron el corazón de Bingham. Atravesando Venezuela, encontraron desafíos significativos, culminando en una visita a la taberna del pueblo de Agua Blanca. En Colombia, las expectativas de Bingham fueron ampliamente superadas, dejándolo fascinado por la belleza y la complejidad del entorno.
Descubrimiento en Cusco: El ombligo del mundo, 1909
El 28 de enero, Bingham en Perú llegó a Checacupe, junto a Clarence Hay, adentrándose en el valle de Huatanay a 3,500 metros sobre el nivel del mar. En Cusco, descubrió un asentamiento megalítico de gran antigüedad, exploró numerosas iglesias católicas y quedó fascinado por los muros incas y la Universidad San Antonio Abad del Cusco, asombrado de encontrar una universidad más antigua que Harvard.
Más adelante, visitó Sacsayhuaman, una fortaleza inca cuya vasta y compleja arquitectura lo dejó perplejo, considerándola la obra humana más impresionante que había visto en América.
La aventura hacia Choquequirao: La cuna de oro, 1909
El 7 de febrero de 1909, Bingham y Hay se aventuraron hacia el noreste, alcanzando el río Apurímac en dirección a Choquequirao, conocido como “cuna de oro”. Siguiendo un sendero angosto, retorcido y empinado, descubrieron las ruinas de lo que eran extensas terrazas agrícolas cubiertas de vegetación.
Mientras un cóndor andino sobrevolaba majestuosamente sobre ellos, Bingham sintió que Choquequirao era el sitio más interesante que había visto hasta entonces. El único problema era que Choquequirao no era el último refugio inca, la verdadera última ciudad inca seguía sin descubrir.
En busca de Vilcabamba: El refugio final de los Incas, 1911
El 25 de julio de 1911, la expedición de Bingham continuó su búsqueda del reino fundado por Manco Vitcos, así como de Vilcabamba la Vieja, su refugio religioso. Descendiendo por el río hasta el pueblo indígena de Chaullay, cruzaron un puente y comenzaron a ascender por el río Vilcabamba. Su primera parada fue en la hacienda de José Pancorbo. Al llegar a Vitcos y Yuraq Rumi, Bingham se enfrentó a hallazgos que lo dejaron con más preguntas que respuestas, evidenciando que aún quedaba mucho por descubrir sobre el último bastión inca.
El redescubrimiento de Machu Picchu
El 19 de julio de 1911, Hiram Bingham inició la búsqueda de una ciudad perdida, oculta en las montañas del Valle de Urubamba. Su expedición partió del valle de Cusco, siguiendo la ruta de Manco Inca hacia la resistencia, y pasando por el valle de Yucay, el Valle Sagrado de los Incas, en dirección a Ollantaytambo. Allí, el grupo descansó y acampó. Bingham, cautivado por la imponente fortaleza, exploró las ruinas y las escaló, quedando fascinado por la vista y proclamando Ollantaytambo como “un lugar digno de peregrinaje”
Al día siguiente, acompañado por Harry Foote, William Erving, Carrasco, dos arrieros y dos porteadores, Bingham continuó su exploración río abajo hacia Antisuyo, siguiendo los pasos del rebelde Inca. La expedición atravesó un verdadero bosque tropical y, después de pasar la hacienda de Torontoy, llegaron a Mandor Pampa. Fue aquí donde Bingham y Carrasco se encontraron con una pequeña casa a la vera del camino, hogar de Melchor Arteaga.
Arteaga les indicó hacia un pico alto, Huayna Picchu, señalando las ruinas en la cadena montañosa. Aunque inicialmente pensó que estaba demasiado cerca de Cusco para haber alcanzado su objetivo inicial de Vitcos y Vilcabamba, Bingham decidió registrar todos los sitios a los que llegaba. Contrató a Arteaga como guía para escalar al día siguiente.
El 24 de julio de 1911, a pesar del clima lluvioso y frío, con nubes bajas, Arteaga, Bingham y Carrasco tomaron el camino desde Ollantaytambo. Desviándose del sendero principal, se abrieron paso a través de la vegetación hacia el río, donde Bingham y Carrasco cruzaron un puente hecho de troncos, avanzando a gatas. Adentrándose en la jungla, el camino se volvió empinado y lodoso, con gotas de lluvia cayendo de los árboles.
Finalmente, llegaron a una cabaña solitaria, hogar de la familia Richarte, agricultores que habían escapado del abuso de un terrateniente. Para Bingham, este lugar tenía un significado especial. Cansado, Arteaga pasó la estafeta a Richarte y a Anacleto Álvarez, quienes a su vez confiaron la guía a Pablito, el joven hijo descalzo de Richarte, de no más de ocho años, quien llevó a Bingham hasta las estructuras incas.
Al ver por primera vez Huayna Picchu, grande e impresionante, Bingham quedó asombrado por los recintos que descubría. Así fue como Hiram Bingham descubrió Machu Picchu en Perú, una ciudad inca cubierta de densa vegetación. Quedó asombrado ante la maravilla arquitectónica de templos, fuentes y palacios construidos en pendientes verticales. Continuó explorando y registró el Intihuatana, el reloj solar religioso que marcaba el paso de las estaciones y los días sagrados.
Precursores de Hiram Bingham en Machu Picchu
Antes de que Hiram Bingham diera a conocer Machu Picchu al mundo, otros exploradores ya habían dejado huellas en la historia de este enigmático lugar.
En 1877, el alemán Hermann Goering publicó una crónica sobre sus expediciones en el valle de Urubamba, donde documentó una fortaleza en Picchu. En este trabajo, elaboró un documento cartográfico que presenta por primera vez los topónimos “Machu Picchu” y “Huayna Picchu”.
Charles Wiener, en 1880, informó sobre rumores de la existencia de Machu Picchu y Huayna Picchu, aunque nunca llegó a visitar el sitio. Posteriormente, en 1887, Augusto R. Berns organizó una expedición con el objetivo de saquear las ruinas incas cerca de Torontoy, mostrando un interés más comercial que científico en la región.
Agustín Lizarraga, quien en 1902 llegó a ser considerado por algunos como el verdadero descubridor de Machu Picchu, dejó su firma en el Templo de las Tres Ventanas, hecho que Bingham más tarde notaría y registraría en su diario. Esta evidencia mostraba que Machu Picchu ya era conocido por los locales y que algunos académicos incluso habían publicado trabajos previos sobre la fortaleza.
- Finalmente, el peruano Carlos B. Cisneros, en 1904, incluyó en su “Atlas del Perú” la existencia de las ruinas de Huayna Picchu, contribuyendo al registro geográfico de estos importantes sitios arqueológicos antes de la llegada de Bingham.
Estos antecedentes subrayan que, aunque Bingham jugó un papel crucial en introducir Machu Picchu al ámbito académico internacional, la huella de exploradores previos también marcó el camino hacia el redescubrimiento de estas icónicas ruinas.
Hiram Bingham tras el descubrimiento de Machu Picchu en Perú
En 1912, después del descubrimiento de Machu Picchu, Hiram Bingham se enfrentó a acusaciones de querer monopolizar la historia peruana, lo que desencadenó un intenso debate en Perú sobre el manejo de su arqueología.
Para 1915, Bingham regresó acompañado de un equipo de especialistas con el objetivo de despejar el bosque y elaborar un plano detallado de la ciudadela inca. Durante esta expedición, Bingham y su equipo realizaron excavaciones tanto dentro como alrededor de los recintos. El equipo estaba formado por el ingeniero Ellwood Erdis y el osteólogo George Eaton, junto a dos trabajadores locales, Toribio Recharte y Anacleto Alvares. Juntos, comenzaron la laboriosa tarea de retirar la vegetación que cubría el sitio y excavaron tumbas incas.
Al concluir, Bingham difundió los resultados de su exploración a través de un influyente artículo en la revista National Geographic. Con esto, Hiram Bingham se convirtió en la primera persona en reconocer y promover la importancia de Machu Picchu a nivel mundial, contribuyendo significativamente al conocimiento global sobre esta emblemática ciudadela inca.
El fin de una era de exploraciones
En 1922, tras concluir sus aventuras exploratorias y servir en la guerra, Hiram Bingham decidió retirarse de las expediciones. Aunque ya era reconocido como el descubridor científico de Machu Picchu, su legado más perdurable fue haber introducido esta impresionante ciudadela inca al mundo, consolidando su importancia histórica y cultural a nivel global.
7 datos sobre Hiram Bingham
Además de ser un explorador, Hiram Bingham también fue político. Fue elegido senador de los Estados Unidos por Connecticut en 1924 y sirvió hasta 1933.
Durante la Primera Guerra Mundial, Bingham se desempeñó como aviador y alcanzó el rango de teniente coronel en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Bingham no solo fue explorador, sino que también innovó en métodos de enseñanza. Introdujo y desarrolló el uso de fotografías aéreas en arqueología durante sus expediciones, lo que transformó el modo de documentar y estudiar sitios arqueológicos.
Aunque hoy es mundialmente conocido por descubrir Machu Picchu, en su tiempo, Bingham fue criticado y enfrentó controversias por haber retirado artefactos de Machu Picchu y llevárselos a Estados Unidos. Este hecho generó un largo debate y disputa entre Perú y la Universidad de Yale sobre la repatriación de dichos objetos.
Curiosamente, aunque Machu Picchu ganó fama mundial gracias a Bingham, él no fue la primera persona moderna en visitar el sitio. Documentos y evidencias sugieren que varios locales conocían la existencia de Machu Picchu mucho antes de que Bingham lo “redescubriera” en 1911.
Bingham escribió varios libros sobre sus experiencias y descubrimientos, entre ellos “The Lost City of the Incas” (La ciudad perdida de los Incas), que es una narración vívida de su descubrimiento de Machu Picchu y sigue siendo una lectura popular para los entusiastas de la historia y la arqueología.
- Se cree que Hiram Bingham fue una de las inspiraciones para el personaje de Indiana Jones, el icónico arqueólogo aventurero creado por George Lucas y Steven Spielberg.
Aventuras en lo desconocido
Hiram Bingham fue más que un explorador; fue un pionero, un educador, y un servidor público cuya herencia sigue inspirando a generaciones de arqueólogos, aventureros y soñadores. A medida que cerramos este capítulo sobre Hiram Bingham, Machu Picchu y Perú, abramos nuestros corazones y mentes a las lecciones que nos enseñan tanto las ruinas de piedra como las historias de quienes las descubrieron.
Aventúrate más allá de lo conocido, y quién sabe qué descubrimientos podrías hacer. ¡Hasta la próxima!
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