El aeropuerto Alejandro Velasco Astete de Cusco ha reportado un incremento significativo en su recuperación de la pandemia, ya que la cantidad de pasajeros en los dos primeros meses de 2024 superó al del mismo periodo de 2019.
Según los últimos datos de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC), el aeropuerto dio la bienvenida a 568,492 llegadas a través de vuelos nacionales e internacionales en enero y febrero de 2024, marcando un aumento de casi 3% desde 552,042 durante el mismo periodo de tiempo en 2019.
Este crecimiento modesto pero positivo destaca el primer caso desde el inicio de la pandemia COVID-19 en el que un aeropuerto de Perú ha registrado un mayor tráfico de pasajeros en comparación con los niveles prepandémicos. Cabe destacar que las cifras aún están por debajo de los recuentos de pasajeros de principios de 2020.
El crecimiento ha estado impulsado en el mes de enero pasado, que registró un aumento del 6,3% con respecto a enero de 2019. Es importante señalar que estas cifras representan únicamente el recuento de pasajeros y no indican necesariamente los motivos de los viajes, que pueden variar mucho y no se limitan únicamente al turismo.
Este desarrollo se ve como una señal esperanzadora de la recuperación en curso y la capacidad de recuperación dentro de los sectores de la aviación y el turismo de Perú, lo que sugiere un retorno gradual a la normalidad y un rendimiento potencialmente más fuerte en los próximos meses.
Algo más del Aeropuerto de Cusco
El aeropuerto Alejandro Velasco Astete en Cusco opera vuelos nacionales y algunos internacionales, conectando la ciudad imperial con las principales ciudades de Perú y destinos selectos en América Latina. Sin embargo, la mayoría de los vuelos internacionales requieren una conexión a través de Lima.
Por otro lado, existe un proyecto en curso para la construcción de un nuevo aeropuerto internacional en Chinchero, a unos 30 km de Cusco. Este nuevo aeropuerto está diseñado para manejar un mayor volumen de tráfico y evitar algunos de los problemas operativos y de congestión de Velasco Astete, además de buscar reducir el impacto ambiental y urbano sobre Cusco.